
Una reciente investigación arrojó un hallazgo llamativo: los hombres tienen un 33% más de probabilidades que las mujeres de declarar que jamás han sentido lo que es ser amados.
Los expertos señalan que esta diferencia podría explicarse por la forma en que cada género construye y mantiene sus redes de apoyo emocional. En el caso de las mujeres, el afecto y la contención suelen provenir de múltiples frentes amistades, familia y otros lazos cercanos, lo que les permite experimentar el amor en distintas facetas de su vida.
Por el contrario, muchos hombres depositan la mayor parte de sus vínculos afectivos en la relación de pareja. Esto implica que, cuando dicha conexión no existe o llega a su fin, pueden atravesar una sensación de vacío emocional mucho más intensa, e incluso prolongada.
El estudio plantea la importancia de diversificar las fuentes de apoyo y afecto para reducir el aislamiento emocional, especialmente en la población masculina.