El sábado 26 de julio, Beyoncé bajó el telón de su ambicioso “Cowboy Carter Tour”, y lo hizo a lo grande. Fueron solo 32 fechas, pero suficientes para dejar una huella imborrable: más de 400 millones de dólares recaudados y 1,6 millones de entradas vendidas. Una hazaña que la consagra como la reina indiscutida de los escenarios, esta vez cabalgando sobre ritmos country.
La gira, que pasó por ciudades clave como Los Ángeles, Nueva York, Chicago y Houston, también cruzó el Atlántico con paradas icónicas en Londres y París. En cada show, Beyoncé entregó un espectáculo de más de tres horas con más de 40 canciones y apariciones especiales que dejaron al público sin aliento: Jay-Z, Miley Cyrus, Destiny’s Child, Shaboozey, e incluso su madre, Tina Knowles.
Lo impresionante no solo fue el despliegue artístico, sino también el impacto comercial: “Cowboy Carter Tour” se convirtió en la gira country más taquillera de la historia, según cifras de Billboard Boxscore. Y no solo eso, también es la gira más corta en superar los 400 millones de dólares en recaudación.
Con esto, Beyoncé se une al exclusivo club de artistas que han superado esta cifra dos veces, junto a Coldplay, The Rolling Stones y Ed Sheeran. Y lo logró con menos ciudades, pero estadías más largas: cuatro noches en Atlanta, cinco en Los Ángeles y Nueva York, y seis en Londres.
Uno de los momentos más destacados fue su paso por el MetLife Stadium en Nueva Jersey, donde en cinco funciones vendió más de 250.000 entradas y generó 70,3 millones de dólares, convirtiéndose en el show más grande en la historia de ese recinto.
Beyoncé no solo cambió de género, cambió las reglas del juego.
Y otra vez, hizo historia.